SOCIOLOGÍA LÚDICA EN LA MODERNIDAD
miércoles, 17 de abril de 2013
LÚDICA Y SOCIEDAD
Raimundo Dinello
Ludicidad:
El impulso lúdico es un atributo de la naturaleza humana, de forma que cada uno se entusiasma por moverse, desea desplazarse con curiosidad y se experimenta jugando. El juego es el acto social de dicho impulso que se transforma en actividad de ingeniosidad y placer. El juego hace atractiva una actividad global que estimula el crecimiento de cada uno. Jugando nos entretenemos alegremente y ensayamos entendernos mutuamente. Así comprendida, la lúdica representa una dinámica inicial para el ejercicio psicofísico, para la recreación, para los aprendizajes cognitivos, para la socialización y por tanto para un programa de integración social.
Cuando tenemos que analizar los efectos sobre la persona, el impulso lúdico aparece como un dinamismo de las fuerzas instintivas, que permite al sujeto emerger sócioculturalmente, de lo contrario quedaría eclipsado por la dependencia y el stress: planear el camino por el cual se está andando es como una regulación del crecimiento, funciona en una dimensión
biológica, psicológica y social. El impulso lúdico inicia el interés por lo desconocido, despierta la alegría de aprender, motiva al cerebro para comprender e imaginar. Es vitalidad, deseo, ingenio; en muy variada proporción está en la base del humor y de la organización del conocimiento.
Se le reconoció como inicio del aprendizaje espontáneo pero lo es también del aprendizaje sistematizado, puede ser un integrante metodológico, es un elemento de energía del sujeto. Desde lo sociológico es una tendencia para intercambios e integración cultural.
La infancia, cuando no es útil para el trabajo productivo entonces dispone de su tiempo de juegos por ello es que “los juegos son asunto de niños”. En una faz se juega, en la otra se destina para algo serio como el trabajo. Bipolaridad que existe aún hoy, ante un adulto que no trabaja nos preguntamos en que sociedad vive y un niño que no juega está enfermo; ambos parecen desajustados a los tiempos que se viven.
El proceso instructivo se concibió como preparo a las tareas del ser adulto, pero a su vez a los niños les gusta jugar: así se plantea la problemática de cómo juntar los dos aspectos, lo cual indujo a una reciente formalidad del “juego-trabajo”. Se organiza una apariencia de juego pero se trabaja para ciertos aprendizajes. La intencionalidad está en el aprendizaje trabajo, la tentativa se apoya en confiar que se aprende jugando. En realidad se está aún en plena normatividad, buscando una complementariedad entre naturaleza y cultura; jugar y trabajar son dos aspectos de una misma tarea evolutiva de integración social.
El juego tiene su propio espacio en el ambiente familiar y en las ludotecas; también lo tiene en el recreo de la Escuela y aún puede ser parte de una secuencia metodológica para asegurar aprendizajes, siempre y cuando se respete la lúdicidad. Se trata de diversas formas de procesos interactivos asociados por la finalidad de específicos aprendizajes que puede haber en cada una. La actividad lúdica es también un factor metodológico que construye conocimientos y asume principios culturales dado que con el juego llega el imaginario y la alegría de aprender.
martes, 16 de abril de 2013
EL JUGUETE COMO ELEMENTO IMPORTANTE DEL DESARROLLO DEL NIÑO
Los juguetes siempre han desempeñado un papel importante en la vida de los niños. Con frecuencia reflejan la cultura del momento e indican los cambios culturales y las tendencias sociales, tal y como se puede ver en los museos y las bibliotecas de juguetes alrededor del mundo.
A pesar de que los juguetes de hoy día parecen ser diferentes a los de antaño, el propósito de los juguetes siempre ha sido el mismo: llevar alegría y placer, y crear oportunidades para incrementar el aprendizaje y el desarrollo infantil.
Los juguetes añaden magia y emoción al aprendizaje sobre la vida, el funcionamiento de las cosas y cómo llevarse bien con los demás.
Saber escoger los juguetes que fomenten el juego sano, amplía el desarrollo cognoscitivo, físico y social del niño.
Los juguetes que fomentan la creatividad y la imaginación en los niños, por lo general, son los que se utilizan una y otra vez.
UN JUGUETE PARA CADA NIÑO
Un buen juguete puede y debe estimular la imaginación y el entusiasmo del pequeño, y enriquecer el escenario del juego, favoreciendo la interacción. El juguete, además, crece con los niños, y lo hace de forma distinta para cada uno de ellos. A veces, el juguete favorito de un pequeño, que le acompaña a todos los sitios, queda arrinconado, sustituido por otro. Otras, un juego que hemos regalado a un niño no le gusta a otro de su misma edad, tal vez porque prefiere juegos más activos, o porque es más retraído, o, simplemente, porque cada niño es diferente.
De todas formas, cuando escojas un juguete para tu hijo, siempre presta atención a la edad para la cual se recomienda. Busca juguetes que vayan a la par con los intereses y el nivel de desarrollo del niño. El juguete adecuado, en el momento adecuado, enriquecerá la experiencia de juego del niño y sentará las bases de su aprendizaje.
A pesar de que los juguetes de hoy día parecen ser diferentes a los de antaño, el propósito de los juguetes siempre ha sido el mismo: llevar alegría y placer, y crear oportunidades para incrementar el aprendizaje y el desarrollo infantil.
Los juguetes añaden magia y emoción al aprendizaje sobre la vida, el funcionamiento de las cosas y cómo llevarse bien con los demás.
Saber escoger los juguetes que fomenten el juego sano, amplía el desarrollo cognoscitivo, físico y social del niño.
Los juguetes que fomentan la creatividad y la imaginación en los niños, por lo general, son los que se utilizan una y otra vez.
UN JUGUETE PARA CADA NIÑO
Un buen juguete puede y debe estimular la imaginación y el entusiasmo del pequeño, y enriquecer el escenario del juego, favoreciendo la interacción. El juguete, además, crece con los niños, y lo hace de forma distinta para cada uno de ellos. A veces, el juguete favorito de un pequeño, que le acompaña a todos los sitios, queda arrinconado, sustituido por otro. Otras, un juego que hemos regalado a un niño no le gusta a otro de su misma edad, tal vez porque prefiere juegos más activos, o porque es más retraído, o, simplemente, porque cada niño es diferente.
De todas formas, cuando escojas un juguete para tu hijo, siempre presta atención a la edad para la cual se recomienda. Busca juguetes que vayan a la par con los intereses y el nivel de desarrollo del niño. El juguete adecuado, en el momento adecuado, enriquecerá la experiencia de juego del niño y sentará las bases de su aprendizaje.
martes, 9 de abril de 2013
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